Isla Perdida. Población:

Antes de empezar...

Antes de empezar, solo quiero decir una cosa: en realidad, el aniversario es el sábado 13, pero guarden el secreto. Tengo un amigo gorila de espalda plateada que me debe un favor... ya me entendéis...

¿Otra vez viernes?

Happy birthday to us! Happy birthday to us! Happy birthday mister Naufrago, mister Don and mister Bautista! Happy birthday to us! ¡Bieeeen! Digo... Weeeeeell!
Queridos internautas, hace ya un año que comenzamos nuestra modesta andadura por los cerros de internetvilla, y hubo de todo: especiales, fanáticos religiosos, blogoteca, comentarios de una huelga de hambre, vacaciones forzadas y sin forzar (malditos exámenes)... ha habido de todo, pero de lo que más ha habido han sido cambios. Porque, en esta vida, nada se mantiene, todo cambia. Cuando esto empezó, Justin Bieber era "ese entrañable jovencito oriundo de Canadá".
Pero bueno, en un aniversario hay que hablar de cosas buenas, así que vamos con los contenidos:

- Cómo no, este viernes viene con un especial muy especial: el especial aniversario. Al ser esto un sitio de publicación online, hemos querido rendir un discutible homenaje a la mano que nos da de comer (que en realidad ni es mano ni nos da de comer): la informática, una vez más. En esta ocasión os traemos un manual de socorro que os servirá de gran ayuda (lo cual dudo mucho).

-Seguimos con las cagadas deportivas de Don, que nos muestra los riesgos de una carrera ciclista.

- La actualidad más actual sigue aquí, actualizándose, como lo hace actualmente, así que ya sabes, actualízate con las NoNoticias, pero actualízate aún más con... ¡La noticia del día!

-Kimbo te sigue esperando. Recuerda la leyenda africana: si cambias tu nombre por el de un enfermo, el enfermo sanará. Cada día mueren 20.000 niños por enfermedades que pueden ser curadas. Únete a la nueva campaña de UNICEF.

Bueno, poca cosa más podemos decir ya. A los que habéis seguido fieles, que según pone ahí sois pocos, pero bien avenidos, muchas gracias por permanecer ahí con nosotros, y a los que no lo habéis sido, pasad, no es necesario ni que os limpiéis los zapatos. ¡BIENVENIDOS!

La blogoteca

Volare, ¡Uoh!…


… cantare, ¡Uohohoho! Como está el tema de barajas, ¿no?, el otro día salí de casa y había un avión aparcado en doble fila ¡en plena calle! Yo le dije al piloto:

― Pero vete a un aeropuerto hombre de Dios.

Y dijo:

― ¡Si es que no me dejan!

Con todo este lío, yo he recordado mi adolescencia, con mi padre, que era maquinista y llevaba a los jubilados de viaje por Europa (en avión se mareaban, cogían vértigos y una vez agredieron a varias azafatas). Con mi padre, yo viajaba la mejicana, ¿Qué es viajar a la mejicana? muy fácil, te escondes con la carga del camión y no sales hasta pasar la frontera. Parece un método bastante rudimentario para viajar, pero después de tres viajes de fin de curso así ya se acostumbra uno.

Eso me da que pensar, ¿Por qué en los colegios de curas los profesores eran tan tacaños? Solo había que quedarse alguna vez en el comedor para verlo. Yo cuando me quedaba en el comedor iba en ayunas porque si no, no había forma humana de comerse aquello. Sin embargo, y volviendo a los viajes, sorprendentemente la comida del colegio era mejor que en Francia. Francia es un país de contrastes, por un lado está el glamour, la limpieza de sus ríos, la educación de su gente, su historia, su temperatura perfecta, su ambiente liberal… pero por otro lado está el escargot con lechuga. A ver, yo no es que haya sido nunca de caracoles, de hecho yo no soy muy de comer nada que vaya con pene incluido. Pero vamos a ver, los caracoles de aquí son de un tamaño razonable, te ponen un día una tapa y si no te gustan puedes comértela rápido para no hacer un feo, pero en Francia… en Francia son como centollos, una vez entré a comer a un restaurante francés y los caracoles me saludaron:

― Buenos días, me llamo Fernando y voy a ser su primer plato ― es lo que me dijo.

Y encima estaban los precios, me acuerdo que entré en una cafetería y pedí un café, un café ole, que no es un café muy español, es un café con leche en Francia, y si os sorprende esto, ya vais a flipar cuando sepáis como se dice cuarenta y dos. Total que me bebí el café, ole, y fui a pagar, completamente ajeno al peligro, cuando la camarera dijo.

― Dos euros y medio.

Mi primera reacción fue palparme los costados. Ya la camarera empezó a mirarme raro y me dijo.

― ¿Qué hace?

― Pues buscarme la puñalada porque no la he visto ni venir.

Pero nunca creí que llegaría a echar de menos la comida francesa hasta que a mi padre le salió un viaje a Inglaterra. Bien, Inglaterra es un país con distintas normas de circulación, allí se conduce por la izquierda, lo cuál mi padre comprendió cuando, tras alquilar un coche, sufrió los tres primeros siniestros. Sin embargo habría preferido montar con mi padre el kamikaze y dar vueltas por Londres antes que comerme su comida.

Cuando salen por la noche van a unos sitios que se llaman fish and chips, y nunca pensé que echaría de menos comerme un kebab hasta que entré en uno. Como su propio nombre indica, es un local donde compras pescado y patatas, una ración de pescado y patatas, todo frito con manteca, para que te la comas allí mismo… si puedes, claro. Lo cierto es que tenía bastante buena pinta, yo lo vi y dije.

― Joder que suerte, pescaito frito.

Los cojones suerte, llegaba por la mitad de la ración y ya me dolían las arterias. A los tres cuartos, comencé a notar palpitaciones en el brazo izquierdo, y lo dejé ahí porque empecé a pensar que iba a ser el plato el que terminara conmigo.

Pero el problema no es comer fish’n’chips, el problema es no comerlo. ¿Qué pasa si no lo comes? Pues muy fácil, empanada de riñones, filetes sangrantes con mostaza, pasteles de carne… allí todo lo que no te mataba de colesterol te mataba de asco.

Por no hablar del tiempo, el tiempo en Inglaterra era… una mierda. No se si habrá gente aquí que vaya mucho por Santander… pues haceos a la idea de que Inglaterra es como Santander en octubre… pero a lo bestia.

Una mañana salí desprevenido del remolque para tomar uno de esos famosos desayunos a la inglesa, para empezar el día arriesgando, y me sorprendió el temporal… a las siete de la tarde la corriente me había arrastrado hasta Westminster.

En Inglaterra muchas cosas son diferentes, tienen cámara de los comunes en vez de congreso; tienen la hora del té en vez de la hora de la siesta; tienen a Camila Parker Bowls en vez de… criterio. Pero la diferencia que más me chocó fue la monetaria.

En Europa pasa algo curioso, y es que si eres de España, todos los países son caros para ti… salvo Portugal… en caso de que Portugal cuente como país. Pero en fin, el caso es que en Europa todos andan acomodados, como si con la U.E. hubiésemos inventado la pólvora, y lo que estamos haciendo es imitar a Estados Unidos. Yo creo que todo ese rollo de la globalización es para vengarnos de los americanos cuando vengan de viaje. Y cuando digo esto, todos tenemos en mente la típica aduana americana donde la situación es la siguiente:

― Disculpe, caballero, ¿Podría acompañarnos?

Sigues a los dos seguratas a una sala oscura e insonorizada, la cuál cierran por dentro.

― Caballero, vamos a proceder a hacerle un registro corporal para comprobar si esta en posesión de sustancias estupefacientes.

Esto suena muy elegante y glamoroso, pero en realidad es una mierda…supongo que nunca mejor dicho.

Yo no entiendo la manía de los seres humanos de apropiarse de cosas de las que no nos podemos apropiar. Intentar dividir la tierra es como vender parcelas de aire. Ya me imagino la típica escena de los colonizadores desembarcando en Santo Domingo, y a Colón entonando el discursito de rigor:

― Yo, Cristóbal Colón, declaro estas tierras propiedad de la Corona de Castilla.

Y un indígena que pasaba por allí diciendo:

― Disculpe buen hombre… (Risa entre dientes)… ¿Cómo ha dicho?

Ya me imagino el cachondeo:

― ¡Oíd! ¡Que dice que se queda la isla!

Es como si un día subes a casa de tu vecino y dices:
― Yo, Jacinto, declaro este piso propiedad de la Cuqui, mi señora.

¿De verdad a nadie se le ha ocurrido que si no nos hubiésemos liado a colonizar tierras a diestra y siniestra ahora mismo los extranjeros a los que tanto critica la gente estarían viniendo de vacaciones en lugar de a buscar trabajo? ¿Tan hipócrita es la gente?... ejem, ejem…

Un español medio es el típico tio que puede llegar a matar a su vecino por una discusión de fútbol, se bebe tres copas y se convierte en doctor honoris causa, se pone unas chanclas con calcetines blancos y se va a pasear un domingo por la plaza mayor.

Todo lo puede un español con una cerveza en la mano: Dirigir una película, marcar un gol, convertir su relación en la pareja perfecta… yo no entiendo como las consejerías matrimoniales no están llenas de gordos borrachos diciendo:
― ¡Tu eres un calzonazos! Cómprala cualquier chorrada y te la cepillas.

En fin, será mejor que antes de irme por ese tema, os hable de mi último viaje. Recuerdos difusos me embargan cuando recuerdo mi viaje a Ámsterdam. Cuando bajé del tren, empecé a caminar por Ámsterdam y… lo último que recuerdo es estar vomitando frente al portal de mi casa. Por algún motivo mee descolgué del camión, que cuando digo esto no quiero decir que fuese colgado como un simio, sino que lo perdí de vista… y hasta los tres meses no salí de allí.

De mi estancia en Ámsterdam apenas recuerdo nada, recuerdo que perdí todo el peso que había ganado en Inglaterra, y unos kilos más de propina… yo iba caminando por la calle y decían:

― ¡Vaya bicicleta más rara!

En fin, Ámsterdam… tiene un color especial, ¿No? Si, efectivamente me refiero al color verde. En realidad, el ambiente es muy liberal, en holanda no consideran relevantes las tendencias sexuales… ahora que lo pienso, podríamos mandar a Jorge Javier Vázquez a vivir allí… aunque no funcionaría, a los tres meses estarían todos a hostias.

En definitiva, que me pasé tres meses caminando por la delgada línea que separa estar de fiesta de la indigencia… recuerdo cuando vi otra vez a mi padre. Fue en una calle muy extraña, llena de escaparates con lencería… y maniquíes de carne y hueso. Me acerqué justo cuando mi padre entró en uno de los escaparates, yo pensé “bah, irá a comprarle ropa interior a mi madre”.

En fin, que cuando llegué a mi casa, mi curiosidad por viajar quedó más o menos saciada, y sin más recuerdos que la continua sensación en el estómago de que los fish & chips que me comí en Londres me están repitiendo.

A modo de despedida solo quiero deciros que no despreciéis otras culturas por ser diferentes. Todos somos humanos y aunque tengamos costumbres diferentes, en esencia somos iguales… quizá salvo Federico Jiménez Losantos.

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Don presenta: cagadas deportivas

Seguimos con las cagadas deportivas. Esta semana os mostraré los riesgos de ser un sucio tramposo... no, mejor explicado aún, los riesgos de ser un tramposo gilipollas... no, mejor aún, los riesgos de ser un gilipollas inconsciente... bueno, que aquí está el video. Pensáoslo dos veces antes de hacer trampas.